Formación que transforma: ¿Estás desarrollando habilidades o identidad corporativa?

En muchas organizaciones, la formación corporativa se ha convertido en un check list más del área de talento humano. Cursos de liderazgo, comunicación, resiliencia… todos bienintencionados, pero pocos realmente estratégicos. Y la razón es clara: se diseña desde lo que “hace falta aprender”, pero no desde lo que “define quiénes somos como empresa”.

 La pregunta que casi nadie hace:

¿Esta formación está alineada con nuestro ADN cultural?

La cultura no se entrena en PowerPoint. Se transmite en la forma como se toma una decisión, se lidera un equipo, se enfrenta el conflicto o se celebra un logro. Cuando las capacitaciones no parten de la identidad cultural de la organización, generan conocimientos útiles… pero desconectados.

¿Qué ocurre cuando la formación nace del ADN Corporativo?

Las organizaciones más innovadoras están transformando sus procesos de formación a partir del diagnóstico de su cultura. ¿Cómo? Identificando los comportamientos y valores clave que sostienen el éxito interno, y luego diseñando experiencias de aprendizaje que refuercen, expandan y consoliden esa identidad.

No se trata de enseñar “liderazgo” en abstracto, sino del tipo de liderazgo que realmente necesita esa empresa, en su contexto, con su gente y su propósito.

 Lo que revelan los estudios:

  • El 70% de los programas de formación no logran cambios sostenibles en el comportamiento laboral (McKinsey, 2022)
  • Solo el 29% de los empleados cree que la formación que recibe está alineada con los valores reales de la empresa (LinkedIn Workplace Learning Report, 2023)
  • Las empresas que integran cultura y aprendizaje tienen 46% más probabilidades de ser líderes en su industria (Bersin by Deloitte)

Una nueva forma de aprender, con propósito

Cuando la formación está alineada con el ADN organizacional:

✅ Se desarrolla lo que la cultura valora (y lo que necesita reforzar)
✅ El aprendizaje se vive como parte de la identidad, no como una obligación
✅ Se mejora el desempeño, la retención y la motivación de los equipos
✅ El conocimiento no se olvida al día siguiente: se vuelve parte de la práctica diaria

 ¿Qué se necesita para lograrlo?

  • Conocer a profundidad la cultura organizacional actual
  • Identificar las brechas culturales entre el “ser” y el “querer ser”
  • Traducir esos hallazgos en rutas de aprendizaje vivenciales, coherentes y medibles
  • Acompañar con tecnología, pero con alma

🌱 Reflexión final:

El conocimiento sin contexto se pierde. Pero cuando se forma a las personas desde lo que la empresa es, el resultado no son solo colaboradores más competentes… sino colaboradores más conectados.

Formar no es solo transmitir conocimientos.
Es cultivar una identidad compartida.